Aromas Peligrosos

En estas fechas de festividades solemos reunirnos con nuestros familiares y amigos a celebrar la Navidad y el Año Nuevo.Además de pasar momentos agradables, deseamos causar una buena impresión con un ambiente acogedor y con un delicioso aroma que nos haga sentir en casa.

Aunque nada reemplaza el olor de unas flores frescas o unas galletas recién horneadas, el ritmo de vida tan ajetreado que vivimos nos ha conducido a buscar soluciones más rápidas y prácticas para aromatizar nuestro hogar. Las velas aromáticas se han convertido en un artículo de moda, sobre todo en la temporada invernal cuando pasamos mucho tiempo reunidos en el interior de nuestras casas y deseamos un ambiente acogedor.

Sin embargo, aunque la idea de inundar la casa con un delicioso aroma a pino, o vainilla solo encendiendo una vela es muy tentadora, deberíamos pensarlo más de una vez debido a los posibles riesgos de seguridad a los que podemos estar expuestos.

Historia y Evolución.

Las velas fueron inventadas entre los siglos XIII y XIV a.C. por los egipcios, quienes las hacían con ramas cubiertas con sebo de bueyes o corderos.[1]

Pero, las velas como son conocidas en la actualidad se empezaron a fabricar en la Edad Media, con sebo y cera de abeja. Fue hasta 1850, a partir del descubrimiento del petróleo, cuando comenzaron a fabricarse con parafina. Ahora la mayoría de las velas están hechas con este tipo de cera.

¿Son realmente inofensivas para la salud?

Hoy en día, la mayoría de las velas disponibles en el mercado están hecha de parafina, la cual es un sólido ceroso inflamable, blanquecino y translúcido que consiste en una mezcla de hidrocarburos saturados, obtenido por la destilación del petróleo, de los esquistos bituminosos o del carbón. Es ampliamente utilizado en velas, cosméticos, pulimentos, compuestos de sellado e impermeabilización y otras numerosas aplicaciones industriales.

Numerosos estudios, incluyendo uno presentado en la reunión nacional de la Sociedad Química Americana en otoño de 2009, en Washington D.C., afirman al encender velas a base de parafina, se liberan toxinas cancerígenas, lo que pone en riesgo a quienes hacen uso constante de estos productos. [2]

Se sospecha que las velas fabricadas con esta sustancia desprenden químicos tóxicos, como el tolueno y el benceno. El tolueno y el benceno son conocidos por ser cancerígenos. El tolueno induce específicamente la ruptura de las cadenas de ADN que afectan al sistema nervioso central. [2] Si se consideran también las fragancias artificiales y colorantes utilizados, entonces se suman incluso más químicos perjudiciales, tales como acetona, disulfuro de carbono, 2-butanona, tricloroeteno, tetracloruro de carbono, estireno, xileno, ciclopenteno, entre otros.

Un estudio del año 1999, [3] evaluó los compuestos emitidos por velas de parafina y de cera de abejas, los resultados fueron sorprendentes, algunos de los compuestos liberados fueron el formaldehido, acetaldehído y acroleína, todos en niveles superiores a los indicados por la EPA como nivel aumentado de riesgo de cáncer.

Otro posible peligro al que se pueden exponer los usuarios es a los metales pesados, utilizados para darle firmeza a la mecha. Aunque se supone que las mechas de las velas están hechas de algodón o de papel, algunos estudios independientes han encontrado que algunas de ellas, contienen metales pesados como el plomo.

La combustión de velas con mechas de plomo puede resultar en concentraciones de plomo en el aire interior por encima de los límites recomendados por la EPA. Aunque este tipo de mechas se ha prohibido desde el año 1974, aún es posible encontrarlas, sobre todo en velas aromáticas de baja calidad y provenientes de importaciones de países sin regulaciones de este tipo [3].

Como resultado de la prohibición y los acuerdos para evitar el uso del plomo en las mechas de las velas, surgieron alternativas como el uso de zinc, y aunque este es un elemento esencial para la salud humana, se conoce poco sobre los efectos a largo plazo que podría tener la inhalación de polvo o vapores de zinc.

Además de los químicos dañinos mencionados anteriormente, la combustión de velas puede ser una fuente de material particulado.Este término, incluye una clase de contaminantes que consiste en material sólido y líquido que puede permanecer suspendido en la atmósfera debido a su pequeño tamaño.  Las partículas inhalables tienen un diámetro aerodinámico inferior a 10µm.  Las partículas más finas (menos de 2,5µm) pueden llegar a los alvéolos pulmonares, mientras que las partículas más grandes (de 2,5 a 10µm) son retenidas en las vías respiratorias superiores.

La presencia de agentes cancerígenos en la mezcla de aire contaminado podría explicar parcialmente por qué los contaminantes del aire aumentan el riesgo de cáncer de pulmón y posiblemente el de otros cánceres. [4]

Todos estos hallazgos deberían poner en perspectiva el uso y abuso de sustancias que han probado ser una amenaza para la buena calidad del aire dentro de nuestras viviendas.

¿Qué puedo hacer?

La solución ideal sería no utilizar este tipo de velas y buscar opciones naturales con fragancias similares, pero, como no siempre es posible, entonces la recomendación es darle un giro a nuestra visión y volver a las opciones naturales.

A continuación se presentan algunas soluciones para lograr un ambiente con una fragancia agradable pero manteniendo la calidad del aire y disminuyendo al máximo los químicos tóxicos a los que nos exponemos.

  • Difunda aceites esenciales. Además de los beneficios a su salud de los aceites esenciales, los cuales salen del objetivo de este artículo, puede aprovechar su increíble aroma. En lugar de esparcir toxinas en el aire al encender velas aromáticas, usando un difusor de aceites esenciales logrará eliminar los olores desagradables y además promoverá una mejor salud física y mental.
  • Haga su propio popurrí aromático. Esta es una excelente opción para lograr un excelente aroma en su hogar, sólo debes agregar a un poco de agua hirviendo a fuego lento la fragancia que desees, pueden ser hojas de menta, cáscaras de cítricos, vainas de vainilla, pétalos de flores. Las combinaciones son infinitas y los resultados inmejorables, y lo mejor, ¡sin químicos!
  • Haga su propio spray aromático. Esta opción es especial para mantener en el cuarto de baño, para ello puedemezclar unas diez gotas de aceite esencial en siete cucharadas de agua. Agite bien antes de usar el rociador.
  • Abra las ventanas y deje entrar el aire fresco. Estaopción parece ser bastante obvia, pero por lo mismo, muchas veces se olvida. Al hacerlo logrará deshacerse de cualquier olor persistente y, aunque sean unos 10 o 15 minutos al día, logrará mejorar la calidad del aire dentro de su vivienda.

Con todas estas alternativas, ahora es el momento de deshacerse de sus velas aromáticas, disponerse a disminuir la carga de toxinas en su casa y agradecer a su cuerpo con nuevos hábitos saludables.

Referencias:

[1] Mohar, E. ¿Quién inventó las velas? Revista Digital Muy Interesante. Mayo, 2018. Consultado el 19/12/2019 en: https://www.muyinteresante.com.mx/preguntas-y-respuestas/quien-invento-velas/

[2] S. Hensley.Candlelight: A Dash of Toxin with Your Romance?NPR, 20 Aug 09.[Artículo en Inglés]Consultado el 19/12/2019 en: https://www.npr.org/sections/health-shots/2009/08/candle_toxic_chemicals.html

[3] Knight, L. Levin, A. Mendenhall, C. Candles and Incense as Potential Sources of Indoor Air Pollution: Market Analysis and Literature Review.2001.[Artículo en Inglés] Consultado el 19/12/2049 en:https://nepis.epa.gov/Exe/ZyPURL.cgi?Dockey=P1009BZL.txt

[4] Yanagi, Y. De Assunção, V. Vizeu, L. The impact of atmospheric particulate matter on cancer incidence and mortality in the city of São Paulo, Brazil. 2012. Universidade de São Paulo.[Artículo en Inglés] Consultado el 19/12/2049 en: https://www.scielosp.org/article/csp/2012.v28n9/1737-1748/en/